
Teléfono Rojo
En materia de seguridad pública, en contraste al optimismo federal por la disminución de los homicidios dolosos, la entidad fue la nota discordante porque siguen en aumento.
Es lamentable, pero la realidad es inocultable, y agosto, fue el octavo mes más violento del año, con 87 asesinatos, según datos preliminares del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Fue el más violento agosto, que comparado con los 79 ocurridos con el mismo mes de 2024, los supera con ocho.
La presencia de grupos delictivos en el primer cuadro de la ciudad, presuntamente ostentados como parte de la organización criminal La Familia Michoacana, ha enrarecido el clima de inseguridad, ligada a las extorsiones contra comerciantes del Mercado 5 de Mayo.
Algunos ajustes tendrán que implementar los mandos policiales a la estrategia contra la delincuencia, porque las cifras es un indicador, y los números no son buenos para el optimismo oficial.
El promedio diario es casi de tres homicidios doloso (2.8) que ocurren el estado, de acuerdo con el corte preliminar de Quadratín Puebla, con base a las estadísticas oficiales de la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de Seguridad Pública estatal y la General de la República (FGR).
El más violento del mes fue el domingo 10 de agosto con cinco crímenes cometidos, y Puebla capital ha sido el epicentro de estas acciones, pero con cifras de cuatro o tres diarios también ocurre en regiones del estado.
Preocupa a la sociedad, y debe ser de mayor ocupación para los encargados de la prevención y la persecución de los delitos, pero fundamentalmente para quienes toman de decisiones de gobierno, darle seguridad a una sociedad cada vez más atemorizada.
Los homicidios ocurridos en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla no solo es una alarma, es una tragedia porque les arrebatan la tranquilidad a los comerciantes establecidos y de vía pública, genera zozobra en los consumidores y una mala imagen para el turismo.
Si bien lo ocurrido en Puebla en cuanto a crímenes no se compara con estados como Guanajuato, Sinaloa, Estado de México, Michoacán, Baja California, Morelos, etcétera, pero no necesariamente es un consuelo.
Puebla, como estado, no era violento, pero en las dos últimas décadas registra un ascenso en la criminalidad con los homicidios dolosos debido a la pugna entre bandas delictivas por dominar amplios territorios urbanos, donde ha diversificado sus actividades ilícitas.
Algún funcionario de seguridad pública federal, estatal o municipal debería no solo explicar este fenómeno de los homicidios, sino las acciones que implementará cada gobierno para combatir los delitos de alto impacto, porque la delincuencia sigue ganando terreno.
Si el gobierno federal logró disminuir en los últimos meses el número de los homicidios dolosos, Puebla no puede darse el lujo de dar la mala nota.
La sociedad espera acciones más efectivas, para no llegar al extremo de pedir refuerzos federales con la Guardia Nacional y el Ejército.
Los 87 homicidios dolosos en agosto, en el reporte oficial del SNSP, a diferencia de los 79 ocurridos en el mismo mes en el 2024, obliga a las autoridades a dar mejores resultados en materia de seguridad pública.