
Libros de ayer y hoy: Traición a la patria y los que la cometen
El director general de una empresa multiplica los roles a desempeñar y finanzas y tecnología se vuelven conocimientos esenciales en el día a día. Pero ahora asume las narrativas como parte del crecimiento y diferenciación corporativa.
En una era donde las empresas deben comprender y adaptarse a las preferencias de sus consumidores para crear una lealtad duradera, el CEO debe aparecer como narrador del viaje de compras. Hoy, las empresas exitosas tienen líderes que emergen detrás de escena, representan los valores de la organización y son narradores convincentes. Su autenticidad determina la lealtad de marca.
La narración ofrece a los líderes una forma versátil de comunicarse en todos los contextos, incluidas discusiones financieras, sesiones de coaching y transformación organizacional. La narrativa, incluso, fomenta conexiones más profundas y desarrolla habilidades y potencial dentro de sus equipos.
En nuestra era, se destaca una tendencia cada vez más contundente: partes interesadas, desde empleados y miembros de la junta directiva hasta clientes y proveedores, buscan cada vez más a los directores ejecutivos para dar sentido a los riesgos y oportunidades que presentan las tendencias disruptivas, incluida la IA gen, geopolítica y la dinámica cambiante del lugar de trabajo.
Esto no se limita a que el director general tenga políticas claras y transparencia de acciones. También debe humanizar números, explicar cuestiones abstractas, dar sentido a lo que se realiza y detentar la finalidad de lo que hacen.
Ahora, existen varias formas en que los directores ejecutivos pueden mejorar la comunicación con las partes interesadas. Para que el CEO-narrador afine su arte requiere:
1. Construir una voz narrativa coherente y emocionalmente resonante
Más que comunicar, debe encarnar: La narrativa del CEO debe tener tono, ritmo y textura. No basta con datos; se necesita una voz que conecte emocionalmente con los stakeholders.
2. Mapear los arquetipos y metáforas que estructuran la identidad corporativa
Toda empresa tiene mitos fundacionales que resuenan profundamente con su misión y valores. Entonces, se debe diseñar un “atlas simbólico” que identifique los arquetipos que mejor representan a la empresa y evolución de la organización. Esto permite narrar desde símbolos que resuenan más allá del PowerPoint, al tocar fibras culturales y estructurales.
3. Dominar el arte de la pausa, el silencio y la ironía como recursos narrativos
No todo se dice, pero todo se sugiere: El CEO debe aprender cuándo callar estratégicamente, cuándo usar la ironía para desactivar tensiones y cuándo dejar que el relato respire.
Conviene incorporar “momentos de silencio narrativo” en sus presentaciones, donde lo no dicho se vuelve elocuente. Por ejemplo, en un informe financiero, una pausa bien colocada puede decir más sobre la resiliencia de la empresa que una tabla de Excel.
Hoy, el CEO contemporáneo ya no es solo un estratega técnico o financiero, sino un tejedor de relatos que dan sentido a la organización. El storytelling corporativo es arquitectura narrativa que sostiene legitimidad, visión y confianza.