
Libros de ayer y hoy: Peligro minivehicular y dan 360 días para resolver
Las medidas implementadas por el gobierno de militarizar las corporaciones policiales preventivas no han dado los resultados esperados en 10 meses de las administraciones estatal y municipales; por el contrario.
Uno de los municipios conurbados la ciudad de Puebla, Cuautlancingo, un militar naval de la Secretaría de Marina que fungió como secretario de Seguridad, prefirió renunciar que alinearse al cobro de cuotas impuesto por el alcalde morenista.
No debería extrañar entonces la forma en que se disparó en 84 por ciento en el segundo trimestre del año de percepción de inseguridad pública de los habitantes de la ciudad capital, publicado recientemente por el INEGI.
Atribuirlo a una mala estrategia de comunicación de los “resultados” -estadísticos- en el combate a los índices delictivos, es no hacer frente a una realidad de criminalidad que ha rebasado a las autoridades.
Tampoco es suficiente para la tranquilidad de la población que el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, el vicealmirante Francisco Sánchez González, asegure que el grupo delictivo “La Barredora” de Puebla, no está relacionada con la de Tabasco.
Las declaraciones del mando policial se parecen más a la de un político que intenta evadir responsabilidades ante los avances criminales de la autodenominada “La Barredora” que ha cometido atentados contra mandos, asesinado a expolicías y relacionado a varios delitos.
Sin más prueba que su palabra, y sin explicar nada, Sánchez González desliga al grupo delictivo en el estado con el caso del estado de Tabasco del expolicía Hernán Bermúdez Requena, ligado a Adán Augusto López, más para proteger el “prestigio” del régimen de la 4T que, a la población,
Empero, no todo depende de los mandos militares si las autoridades municipales le dan prioridad a la recaudación de ingresos, y descuidan áreas estratégicas de seguridad en beneficio de los habitantes.
Con el rango de teniente de la Secretaría de Marina- Armada de México (Semar), Alexis Brito Rocha asumió en octubre de 2024 el cargo de secretario de Seguridad Ciudadana de Cuautlancingo, pero a principios de julio de 2025 se retiró del cargo.
Brito Rocha se opuso tajantemente a los moches exigidos por el alcalde morenista Omar Muñoz Alfaro quien les impuso cuota mensual de dinero al secretario y al resto de mandos policiales.
Los resultados en la contención de la delincuencia rindieron frutos con la detención de responsables de diversos delitos como narcomenudeo, robo de autopartes y vehículos, la extorsión, giros negros ilegales… con la estrategia de Brito Rocha.
Sin embargo, el alcalde Omar Muñoz le dio un sorpresivo cambio a la estrategia a favor de la permisibilidad e impunidad de grupos delictivos, y pretendió obligar al teniente Alexis Brito a implementar pago de cuotas de dinero a los mandos altos e intermedios, por lo que renunció.
Al igual que Brito Rocha, abandonaros sus cargos otros funcionarios municipales de otras áreas estratégicas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Cuautlancingo, porque no estaban dispuestos a entrar a la red de corrupción implementada en esa demarcación.
Si visita el municipio conurbado de Cuautlancingo, si va a bordo de su automóvil, lleve cambio porque ahora el “negocio” de la SSC son los retenes indiscriminados.
El ayuntamiento ocupa a los policías uniformados en esos operativos para cubrir las cuotas, mientras los grupos delictivos tienen luz verde para recuperar el terreno que perdieron con Brito Rocha.
En los tres niveles de gobierno, los gobernantes y mandos policiales no terminan por entender la gravedad del nivel de penetración de la delincuencia, no solo en corporaciones policiales y las áreas de procuración de justicia, sino en la política.