
Teléfono Rojo
El distanciamiento entre el senador poblano Néstor Camarillo Medina y el líder nacional del PRI Alejandro Moreno Cárdenas, terminó en un divorcio político, y parece irreconciliable.
Con un par de décadas como militante del PRI, Camarillo renunció a su militancia, y por lo tanto al cargo de presidente del CDE, donde pretendía reelegirse.
Exdiputado local y exalcalde de Quecholac, Camarillo llegó a la Cámara Alta como de primera minoría, beneficiado por la alianza electoral entre el PRI y PAN.
Figuró como el candidato en la primera posición de la fórmula al Senado en las elecciones de 2024 en alianza con el PAN quien dejó en segundo lugar a la panista Ana Teresa Aranda.
Derrotado la elección al Senado, Néstor tenía el escaño garantizado porque entraría con la votación de la primera minoría, que, en este caso, acumuló con la votación obtenida por el candidato a gobernador Eduardo Rivera Pérez, por ser una elección concurrente.
Aseguran los detractores de Néstor Camarillo, que, en su calidad de candidato a senador y líder estatal del PRI, durante la campaña se echó a la hamaca y no hizo proselitismo, ni gastó recursos a favor de los partidos de la alianza electoral.
El hoy defeccionado militante del PRI protagonizó como líder estatal partidista la peor crisis de deserción de afiliados de base en los seccionales, comités municipales y distritales, para incorporarse a Morena.
La fuga de militantes priistas se reflejó de manera importante en la víspera de las elecciones locales de 2024 con la salida masiva de diputados locales del Congreso del Estado, y presidentes municipales, liderados por Jorge Estefan Chidiac, para unirse a Morena.
Otros priistas más terminaron en las filas del PVEM, aliados de Morena, para ser postulados a las presidencias municipales y a las diputaciones, como parte de la alianza con Morena.
Jorge Estefan y Néstor Camarillo hicieron el uno, dos, para desarticular al otrora partido-gobierno, para fortalecer a las postulaciones de Morena que echó mano de todo para arrasar en las elecciones locales y federales, empezando por la gubernatura del estado.
Con la derrota del PRI en 2024, que no ganó ni un solo distrito electoral local y federal, Camarillo se convirtió en un aliado incondicional de “Alito” Moreno, tanto en el partido como en la Cámara Alta.
Convertido en partido de oposición en el estado, como dirigente estatal del PRI y legislador federal, solo se dedicó a administrar la derrota y ofreció colaborar con el gobernador morenista, y fue en las últimas semana cuando trascendió el creciente distanciamiento con el líder nacional priista.
La oposición en Puebla no pasa por su mejor momento y con tan solo el 8 por ciento de la votación en el último proceso electoral, el PRI corre riesgo de perder el registro local porque irán solos.
Son fechas de definiciones en el otrora partido-gobierno, el PRI, lo que queda de él, en medio del traslado permanente de su base social para nutrir las filas del partido oficial.
Todo indica será entre la diputada plurinominal en el Congreso local, Delfina Pozo Vergara y Lorenzo Rivera Nava, exalcalde de Chignahuapan, quien asuma la dirigencia, aunque se barajan otros nombres.
Las elecciones municipales y legislativas de 2027 serán definitivas para la existencia del PRI como partido local -nacional- y de no ocurrir nada diferente en el sentido del voto en los comicios intermedios, correrá la misma suerte del PRD.
La defección de Néstor Camarillo a su militancia y a la responsabilidad como presidente del CDE del PRI, es un golpe que debilita más a la oposición y al parecer la diputada Delfina Pozos será quien apague la luz y cierre la puerta del edificio sede del PRI.