
Nada personal: Defección de Camarillo, un clavo más al ataúd del PRI
Es una pésima señal para la paz y la tranquilidad de las familias los últimos homicidios dolosos ocurridos en el Centro Histórico: tres crímenes reportados en la misma zona.
Es alarmante el nivel de violencia generada por células del crimen organizado clasificadas por el gobierno de los Estados Unidos como organizaciones internacionales terroristas.
Las autoridades de los tres niveles de gobierno seguro no están con los brazos cruzados ante el aumento de la criminalidad, pero las acciones y estrategia no dan resultados inmediatos.
Es difícil para los sectores de la sociedad aceptar o tolerar que la violencia ligada a la delincuencia se estacione como una normalidad en la vida cotidiana de los poblanos.
La sociedad fue nuevamente sorprendida con la noticia del hallazgo de seis cuerpos sin vida con visibles huellas de violencia, cadáveres maltratados que correspondía la mayoría a jóvenes reportados como desaparecidos por la Comisión de Búsqueda.
Si bien el reporte de personas privadas de la vida no se puede reducir a números en las incidencias de este delito, porque perdería el sentido humano del reporte, la cifra es importante para medir la gravedad de los homicidios.
El domingo 10 de agosto, por ejemplo, ocurrieron cinco asesinatos, y cuatro cada uno durante siete días, con un promedio diario 2.5, de 1 al 22 del mes, con 55 homicidios dolosos.
Esta cifra hasta el 22 de agosto superó ya los 53 reportados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) correspondientes a julio.
En agosto se han disparado los homicidios hasta la fecha, según los reportes de las fiscalías generales de los estados en las respectivas fechas.
El Centro Histórico de la ciudad de Puebla enfrenta ya un cerco con este tipo de homicidios que solo ocurría en diferentes puntos rojos de la periferia.
La disputa por el control de actividades delictivas en el primer cuadro de la ciudad relacionados con el narcomenudeo, la extorsión y el cobro de pisos en el comercio ambulante.
El control de mercados como el 5 de Mayo ubicado en la 16 y 18 poniente ha generado una disputada entre grupos de la delincuencia organizada.
Los homicidios dolosos ocurridos en el centro de la ciudad de Puebla es un reto para las fuerzas del orden local y federal, porque nuevos grupos criminales abandonan mensajes escritos con amenazas a líder de la Organización Fuerza 2000.
Hizo su aparición la organización criminal a través de una célula de la presunta Familia Michoacana que abandonó los cuerpos de sus víctimas en la 16 poniente, y el de este domingo aún lado de la iglesia del Señor de las Maravillas, un lugar muy visitado por los creyentes de la iglesia católica.
Este grupo delictivo se suma a la presencia de La Barredora que se ha reivindicado múltiples homicidios dolosos en diferentes puntos de la entidad poblana, incluidos los cometidos contra expolicías estatales presuntamente ligados a bandas dedicadas al robo de transporte de carga.
Las comisiones de delitos como los homicidios dolosos es un indicador de los graves problemas de inseguridad pública, mismos que por su crueldad y reincidencia cierran la pinza con presencia en el Centro Histórico, en un abierto desafío a las autoridades, y una manera de imponer el terror en la zona y a la sociedad poblana en su conjunto.
Por ninguna razón se puede convertir en una normalidad la criminalidad en Puebla que pone en jaque a los mandos de seguridad pública a cargo de militares de la secretaria de Marina (Semar) y a los gobiernos municipal y del estado.