
Libros de ayer y hoy: Demanda ONU recursos para apoyo humanitario
La diputada local Graciela Palomares se unió a la lista de morenistas que no ocultan su poder adquisitivo y dejaron para otra campaña electoral la imagen de austeridad franciscana 4T.
La legisladora echó la casa por la venta con su boda en Morelia, Michoacán, en un hotel boutique donde una habitación por noche cuesta 10 mil pesos.
El verdadero conflicto de interés de sus fortunas con la militancia en Morena es la hipocresía, porque Partido-Estado que se presenta como el salvador de los pobres.
Vivien en la medianía ante la opinión pública con un billete de 200 pesos en la cartera, pero gozan de un tren de vida privada … que ni Obama.
Palomares es una advenediza guinda, la diputación es resultado del dedazo al estilo priista.
Ella, Grace, como le dicen sus correligionarios, al igual que Nay Salvatori y Roberto Zatarain Leal, ya dieron una catedra en redes sociales de la ropa de marca en la pasarela para exhibir su “humilde” Outfit parlamentario de la hipocresía.
¿Quién podría criticarlos? se trata de personajes que viven con la bandera de los pobres de Morena, pero viven como reyes, gracias a su puritito trabajo.
Cómo podría ocultar su tren de vida el legislador Zatarain Leal, quien logró mudar la diputada federal y exalcaldesa poblana Claudia Rivera Vivanco a radicar a una de las zonas residenciales más fifís en Puebla (Lady Lomas), luego de dejar el barrio (pero el barrio no la dejó a ella).
Ante la exhibición desbordada de riqueza y opulencia de morenistas, la presidenta Claudia Sheinbaum hizo un llamado a sus correligionarios de la 4T a “mantenerse en la justa medianía”, porque el “recurso público es bendito”, pero nadie la pela en ese partido de la doble moral.
Mientras los beneficiarios de las pensiones de la tercera edad sobreviven gastando en medicina privada porque el IMSS-Bienestar es un desastre, legisladores federales y dirigentes del partido oficial exhiben sus lujos en viajes al extranjero, bienes y servicios ostentosos.
Andrés Manuel “Andy” López Beltrán, en Japón (ese era su compromiso para no asistir al Consejo Nacional de Morena) junto con el diputado Daniel Asaf; Ricardo Monreal, en Madrid y Pedro Haces, en España; Mario Delgado, en Lisboa, Portugal; Miguel Ángel Yunes, en Italia.
Todo ellos en vuelos y hoteles de lujo, para que no dejar duda de sus convicciones políticas e ideológicas, con militancia simulada en un partido de presunta izquierda.
Y para ser un partido de “primero los pobres”, la familia del expresidente Andrés Manuel López Obrador no predica con el ejemplo, del menor al mayor de los hijos.
Por si fuera poco, figuran y surgen nuevos ricos en Morena, con fortunas obtenidas al amparo de los partidos de “izquierda” que navegan con bandera de los pobres.
Diputados federales de Morena como la poblana Rosario Orozco Caballero, no tiene manera de ocultar su riqueza propia y la cedida como donaciones a sus hijos como testaferros, con propiedades por más de 25 millones de pesos en Puebla, Tehuacán y CDMX.
Es una verdadera simulación el decálogo de Morena presentado por Luisa María Alcalde Luján, en mayo pasado para la austeridad: nada de ropa cara, fiestas ostentosas, ropa de marca o viajes en primera. Noroña, es el más hipócrita de los “austeros”.
En Puebla, surgen los nuevos ricos de Morena, y ahí los ven, con lujosas camionetas Suburban y calzado de 30 mil pesos, cuidados por escoltas, todo a cargo del erario.